viernes, 23 de septiembre de 2011

DJ Ark Mixes

Hola es primera vez que comparto mixtapes con todos ustedes, espero que les guste y cualquier crítica que tengan me hacen saber, pronto subiré más Saludos y disfruten!
estos Mixtapes son cortos, pronto haré mas largos...



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Try These Drums


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Pocho Box

domingo, 4 de septiembre de 2011

B -BOYING: Red Bull BC One América Latina

Este es un artículo que ví en un periódico de la razón, espero que les guste...


El b-boying no sólo es baile y acrobacias, también es un arte de la guerra. Al estilo de Sun Tzu, todo b-boy actúa como un estratega militar para lograr la victoria: tantea el campo de batalla, al enemigo, ubica sus puntos fuertes y débiles, elige su maniobra, se deja llevar por el ritmo del rap y se lanza al ataque... El lance acaba con un abrazo; la filosofía del b-boy reconoce la victoria y la derrota.

El Fortín del Capoeira de la paradisiaca ciudad brasileña de Salvador de Bahía, aquella que inmortalizó Toquinho con su bossa nova Una tarde en Itapua, fue el escenario de los combates entre 16 gladiadores de esta danza, entre ellos el boliviano Ninja Condori, en el marco de la final latinoamericana del Red Bull BC One, que otorgó un boleto para la finalísima mundial de noviembre, en Moscú.

La cultura de las calles

El b-boying es conocido igualmente como breakdance, su nombre comercial. Surgió en Estados Unidos, en los años 70 del siglo pasado, como una danza urbana callejera, parte del hip hop, que resultó influenciada por las comunidades afroamericanas de barrios neoyorquinos como Bronx y Brooklyn. Ganó millones de adeptos por el mundo con el pasar de los años y actualmente es toda una cultura.

Lo primero que hace un b-boy es escoger su nombre de guerra; unos toman sus iniciales, otros sus apodos, otros un alias que vaya a tono con su baile, su apariencia o su personalidad... Los que llevan este estilo de vida deben estar listos para las batallas, sea en calles, plazas o los cuadriláteros de los eventos de élite. Cada uno elige su armadura, generalmente ropa ligera que no les perjudique durante sus piruetas.

La agilidad, el buen ritmo y la personalidad son sus características indispensables. Una dieta sana, horas en el gimnasio, escuchando música, creando acrobacias no recomendadas para cualquier mortal, son las claves para ser parte del selecto grupo de los b-boys, que está acostumbrado a las lesiones y los huesos rotos. El compañerismo y la lealtad son otros atributos reconocidos para lograr reputación en el entorno.

Los duelos pueden ser individuales o en grupos. Un minicomponente y/o un DJ son los encargados del fondo musical. Cada contendor tiene derecho a un número acordado de “entradas” o demostraciones en el espacio de baile, donde se despliegan los pasos y las combinaciones que nacen de la estrategia y de la improvisación. La misión es superar al contrincante en el puntaje de los jurados. El ganador es el rey.

El Fortín del Capoeira está repleto. El surcoreno Born, el estadounidense Ronnie y el brasileño Pelezinho son los emperadores que suben o bajan sus pulgares para clasificar o eliminar a los gladiadores del ring esférico que alberga a las 15 batallas del Red Bull BC One. “El que pierde muere, así de simple”, grita eufórico uno de los asistentes. El boliviano Ninja (Javier) Condori está listo para su prueba de fuego.

Su carácter escurridizo y tímido le valieron su nombre de guerra. Se repite lo que considera las siete palabras mágicas de la vida: “Nunca, nunca, nunca, nunca darse por vencido”. En frente se halla el mexicano Édgar Ulises, más conocido como Gato, por sus ojos claros, su agilidad y porque siempre cae de manos. Son buenos amigos, pero por unos minutos, en el campo de esta batalla, eso queda en segundo plano.

Se tantean con las miradas. El DJ está en trance. Ninguno se anima a dar la primera estocada. Gato toma la iniciativa. Es pura elasticidad. Como las aspas de un molino, sus piernas no tocan el suelo y giran mientras se sujeta con los brazos. Ninja no se queda atrás, agarra ritmo y levanta brazos y piernas con técnica asombrosa. Lo hace a menos de un metro del rival, de manera desafiante. El round uno es ovacionado.

Gato saca lo mejor de su repertorio. Ninja sabe que llegó la hora de jugar al todo o nada y convierte a su brazo derecho en el eje de su cuerpo, que gira y gira: ¡un remolino humano. El público queda extasiado con el segundo round. Los duelistas se felicitan. El jurado tiene la palabra y le otorga el triunfo a Gato. No importa, Ninja sabe que ha llegado lejos, que demostró que el b-boying boliviano tiene un nivel envidiable.

El evento mostró toda la artillería de los b-boys. No se trata de armas blancas o de grueso calibre, sino de pasos de baile. Hay cuatro clases de movimientos. El más elemental es el toprock, aquel que se realiza de pie, que se utiliza para seguir el camino rítmico de la música y que se convierte en la impronta inicial del b-boy; puede ser combinado con caídas o bajadas repentinas que llevan la denominación de drops.

La artillería pesada

Otro movimiento más elaborado es el footwork, que se realiza con pies y manos en el suelo; el más sencillo apoya el peso corporal en los pies, y el más complicado, en las rodillas. Luego está el powermove, que combina espectacularmente fuerza, giros y velocidad. Y por último, los freezes, en los cuales el cuerpo del b-boy se “congela” por un momento en el aire; el equilibrio parece contradecir las leyes de la gravedad.

Las latas de Red Bull son consumidas por doquier. Un conjunto de capoeira es el telonero de la final de finales en el Red Bull BC One. Los dos mejores son el venezolano Lil G (Gibrahimer Beomont) y el anfitrión Kapu (Ronielson da Silva Araújo). Los nervios cunden. Kapu no se anda con segundas vueltas y sale a matar con un mix de volteretas al mejor estilo capoeira. Quiere demoler mentalmente a su rival.

Lil G sonríe. Son sus últimas tres “entradas” en esta guerra de duelos. Deja su toalla y tira su chamarra negra. Su cuerpo se deja llevar por la música, se para de manos, e incluso sin ellas, ¡apoyado en su cabeza! Kapu siente como si le hubieran golpeado con un guante invisible. Acepta el desafío. Los toprocks, drops, footworks, powermoves y freezes se mezclan con maestría. Es una batalla sin cuartel entre dos estrategas del ritmo.

Los tres jueces se miran entre sí. Será un veredicto discutido. Hay asistentes que gritan, otros quedan sin habla, otros simplemente mueven la cabeza, no creen lo que miran sus ojos. Los gladiadores acaban, se congratulan. Son llevados por el presentador al centro de la esfera de lona para escuchar al jurado, que le entrega el cetro a Lil G, que levanta los brazos haciendo con sus dedos la V de la victoria. La arena y los duelos en suelo ruso lo esperan en noviembre.

Es hora de festejar. “Pienso sólo en el público. Aquí en estas batallas se lanza invitaciones: te invito y tú bailas, me invitas y yo bailo. Escucho la música y mi movimiento sale solo. Ser b-boy es mi vida: vivo como b-boy, duermo como b-boy, me visto como b-boy, me cepillo los dientes como b-boy. Esto me ha cambiado la vida. No es mi profesión, es mi vida soy un batallador de la vida con el b-boying”, comenta un Lil G eufórico.

Él y sus homólogos están conscientes en que este estilo de vida tiene fecha de caducidad, generalmente no pueden seguir con las acrobacias a partir de los 40. Por ello viven al máximo. Y en el horizonte muchos albergan el sueño de formar a otros en las escuelas o en las calles, para guiarlos a ese mundo del b-boying donde el arte es baile.

Los 10 mandamientos de todo buen b-boy

De acuerdo con páginas de la red de internet, todo b-boy tiene que seguir el siguiente decálogo como estilo de vida, sea ante sus similares como ante los demás: mostrar respeto a la gente; aprende la historia de tu b-boy preferido; conoce todos los fundamentos; no sólo hagas flaire y headspins; siempre estar listo para la batalla; siempre up rock (roquea, baila arriba) antes de ir abajo; siempre aguanta tus freezes (pausas) al menos por 1,5 segundos; no robes movimientos (pasos), al menos que su inventor te dé permiso para usar su movimiento; siempre representa a los b-boys como un modelo de rol positivo, no importa dónde tu vayas en el mundo.

Periodista:Miguel E. Gómez Balboa
Toda la información fue sacada de la página de LA RAZÓN para visitarla hagan click en el siguiente enlace:
B -BOYING · la-razon.com